“La Constitución política de Colombia firmada en el año de 1991 dotó al presidente de la República de herramientas propias para mitigar el impacto de la crisis que en cualquier orden pudiera alterar el estado de bienestar – ideal- de todos los colombianos
Los hechos: el pasado mes de enero se presentó el desplome de una parte de la vía Panamericana, exactamente en Rosas departamento del Cauca, y como resultado de este impase el departamento de Nariño quedó aislado del resto de país; las implicaciones en las condiciones de vida de los nariñenses no se hicieron esperar: desempleo, carestía, escases de gas y gasolina, recurso éste fundamental para el trasporte de insumos, de pasajeros y de estudiantes que no pudieron volver a las aulas de clase, adicional a la prevalencia de estados mentales que rayan con la enfermedad psicológica, la ansiedad, tristeza profunda, desesperanza y frustración, son reflejo del derrumbe que curiosamente se da con la llegada del año nuevo.
Emergencia económica, ¡Ya! Decretar la emergencia económica a la luz de las normas legales vigentes con el fin de mitigar las implicaciones del taponamiento de la única vía que comunica a Nariño con el norte del país debe ser ahora.
Al respecto, la profesional economista, magister Johanna Montenegro, manifiesta: “la emergencia económica se debe analizar de diferentes ópticas; ante la carestía y escases de insumos, de combustible y de recursos mínimos de la canasta familiar es necesaria, sin embargo, se debe argumentar muy bien, desde todos los ámbitos. En Ipiales, zona de frontera, los salarios siguen igual, los elementos de la canasta familiar suben y se afecta la calidad de vida, por eso, aunque la emergencia económica debió darse en enero, revisando los parámetros legales, hoy sigue siendo una necesidad”.
La especialista Marlene Guerrero expresa: “el gobierno departamental dentro del presupuesto debía prever este tipo de crisis, contemplar acciones administrativas para la contención de estos lamentables impases que por acción de la naturaleza una vez más nos han marginado del país, Nariño es un departamento con vocación ancestral agrícola, los campesinos son los principales afectados, de ahí las consecuencias a la ciudad, carestía y escases, la emergencia económica es una herramienta constitucional que el gobierno central debe contemplar y firmar con prontitud”. En conclusión, Nariño sigue esperando que la consciencia guíe al gobierno nacional y actúe en conformidad con el mandato constitucional; somos Colombia, somos patria que al pie de las galeras decimos: Emergencia económica, ¡ya!”.
