En convergencia con otras cuarenta y dos organizaciones, entre instituciones de educación superior y centros de investigación, la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP), en su sede del CAN, firmó el pacto por una transición energética justa (TEJ), promovida por el Ministerio de Minas y Energía (MinEnergía), cuya convocatoria vincula la política del actual gobierno y propicia la conformación de la red de instituciones educativas, entidades del sector privado y del Estado alrededor de la iniciativa.
En la apertura del evento, el ministro de Minas y Energía, ingeniero Andrés Camacho, auguró que esta alianza permitirá avanzar hacia el cambio energético a través del conocimiento, pilar de esta alianza, porque es el pensamiento de la academia el que permitirá lograr el propósito de la red, mediante el intercambio de experiencias y conocimientos para la innovación y el cambio de cultura energética.
Adicionalmente, instó el ministro Camacho a las universidades, especialmente la ESAP, a participar activamente en la Feria Bioenergética, entre el 9 y 10 de mayo, la ocasión para compartir experiencias sobre los negocios verdes, la descarbonización de la industria y para conocer el portafolio de servicios de la academia y de los sectores público y privado sobre la materia. También propuso a la ESAP incluir estos temas en sus currículos, para que los futuros administradores públicos puedan asumir la gestión en las municipalidades con alternativas energéticas, un llamado a la academia a que encare el reto de preparar a todos los ciudadanos para el cambio cultural, económico, social y político que hoy impone el cambio climático.
En su encuentro con los otros compromisarios y con la comunidad esapista, los delegados del Ministerio de Minas y Energía presentaron las líneas de la política energética que, anunciaron, se concretará mediante alianzas entre diversos actores, con un enfoque integral y sostenible en la implementación de la TEJ, con el fomento a la investigación y a proyectos interdisciplinarios en los que converjan áreas tales como las ciencias ambientales, las ciencias sociales, la comunicación, entre otras fundamentales para el cambio cultural que conlleva el nuevo orden energético, incluidas la reindustrialización, la reconversión laboral, la desmonopolización y la descentralización de la producción energética, desafíos insoslayables, hoy, para la academia, y en especial para la ESAP.
