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Llegó el momento

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Me complace saludar a todos los miembros de la comunidad esapista en todos los rincones del país.

Deseo llamar su atención sobre los desafíos que enfrentamos por el fenómeno de El Niño, que ha mermado significativamente los embalses que abastecen de agua a nuestras ciudades y poblaciones. Esto ha obligado a las autoridades locales a ordenar restricciones zonificadas en el suministro de agua, principalmente en Bogotá.

En este contexto, quiero proponer que, como comunidad académica, adoptemos una postura solidaria y responsable en el uso del agua en todos nuestros entornos y, en especial, en nuestras instalaciones. Más allá de las medidas oficiales, es necesario que hagamos un uso racional del recurso, no solo en solidaridad con nuestros colegas, sino también con todos los colombianos. Juntos podemos contribuir a mitigar los efectos de esta situación y a promover una cultura de cuidado del agua, en concordancia con la Directiva Presidencial n.° 01 sobre “Buenas prácticas para el ahorro de energía y agua”.

Es esencial que, como comunidad académica, adoptemos medidas que reduzcan el consumo de energía y agua, en atención a las directrices establecidas.

Además, insto a todos a reconsiderar el empleo de materiales con impacto ambiental negativo, como desechables, plásticos de un solo uso o toallas de papel, entre otros.

Reducir el desperdicio de estos recursos no solo aumentará el acceso equitativo para todos los miembros de nuestra comunidad, sino que también contribuirá a la preservación, a largo plazo, de nuestros bosques, fuentes de agua y de aire limpios.

Debemos tomar aún más conciencia sobre el impacto de nuestras acciones en el medio ambiente y adoptar comportamientos responsables para asegurar la sostenibilidad de nuestras prácticas institucionales. Es crucial recordar el concepto de ‘la tragedia de los comunes’, descrito por Hardin, cuando consideramos el uso de recursos compartidos en beneficio de la comunidad. Evitar el derroche irresponsable de estos bienes es imprescindible en pro del bienestar general.

Dado que somos una institución pública, tenemos el deber de reconocer que nuestras instalaciones son bienes públicos que deben ser cuidados y preservados. Si bien están bajo el cuidado y la administración del Estado, en realidad son activos fundamentales de toda la sociedad y de nuestra comunidad universitaria en particular. Por eso tenemos que actuar con responsabilidad y consideración sobre el uso de estos recursos compartidos, en aras de promover el bienestar colectivo y la sostenibilidad a largo plazo.

En nuestras acciones diarias, en el cuidado de nuestras instalaciones y en el uso consciente de nuestros recursos aseguramos el legado de una comunidad comprometida con el bienestar presente y futuro de todos sus miembros.

Construyamos juntos un futuro sostenible y próspero para Colombia, para nuestra Escuela y para las generaciones venideras.

Jorge Iván Bula Escobar
Director Nacional